OPINO

UNA MUERTE  CUYO DIAGNÓSTICO ES COMA BANCARIO.
(1ª parte)

Los bancos han sido una de las instituciones que más tiempo llevan rigiendo los destinos de los pueblos. Incluso desde sus predecesores, los prestamistas, se veía en ellos, como se dice en mi pueblo, "la calidad de la melcocha".

Están hechos para ganar dinero, no como quieren mostrarse, para cuidartelo o prestartelo; ya de ahí tenemos nuestro primer error de apreciación cuando nos acercamos a ellos, ya sea por decisión propia, o por inducción de las circunstancias sociales (llámense tarjetas de crédito, hipotecas o aún, domicialización de nómina y pagos de los servicios que recibimos).

Como buen "marchante" saben vender imagen, saben vender la "necesidad" de sus servicios, envolviendo al público - generalmente desprovisto de conocimientos de economía - en la urgente necesidad de gastar o de conseguir cosas (casas, coches, viajes, etc, etc).

La idea general es que conseguimos el dinero de forma relativamente fácil, y que al diferir los pagos también es relativamente fácil pagarlo, aunque para mantener esa relativa facilidad se pierdan de vista los entrecijos de lo que son los intereses, las tasas, la movilidad de mercado, el valor de las divisas , el entorno económico mediato e inmediato.

Obtener el dinero así, incluso sin entender las " letras chiquitas" de los contratos que firmamos, nos permite sentir que tenemos una capacidad de compra siempre mayor de la que realmente tenemos, y para contenernos , supuestamente dejamos en manos de los bancos la capacidad de decidir si tenemos o tendremos capacidad real de pago.

El momento actual de los bancos se vive a partir de que ellos mismos "se han brincado la tranca a la torera" ; expliquemos porqué.

Originalmente si cualquier hijo de vecino solicitaba un crédito , una hipoteca, o una tarjeta de crédito, el banco estudiaba su solicitud y autorizaba o denegaba la misma en función del estudio socioeconómico que facilitaba saber la capacidad real de pago del solicitante; pero la avaricia es siempre mala consejera y los bancos poco a poco fueron decidiendo que requerían más y más ganancias (recordemos lo que algún político español decía, que los bancos NO  son hermanitas de la caridad, por supuesto!!!), de manera que rehicieron sus sistemas de aprobación, pero además, quizá de manera más determinante, fueron modificando sus formas de cobro y de aplicación de intereses, hasta permitirse lo que en ningún otro tipo de contrato LEGAL se permite, que es el alterar, modificar, cambiar las formas de cobro a través de una medida presumiblemente legal como son las tasas o intereses adheridos al TAE, al X o Z impuesto o tasa, nacional o mundial, y esto, señores y señoras - como se dice en España - fué la leche!!!!!

Es decir, el cliente pedia una cantidad bajo ciertas condiciones, según las cuales firmaba porque creía o sabía que podría pagar, cuánto debería pagar , y por cuánto tiempo, pero ahora los bancos podían cambiar las condiciones, y hacerlo además unilateral y LEGALMENTE, con lo que a los clientes los dejaba en estado de INDEFENSIÓN.

Como esos cambios repercutían en la verdadera capacidad de pago de los clientes, algunos empezaron a verse imposibiltados de pagar, y el banco aplicaba entonces , y siempre de manera LEGAL, los intereses moratorios ante los cuales esos clientes acudían para acabar aceptando la "renegociación" de su deuda, que finalmente no era más que ampliar los plazos de deuda, que aunque aparentemente disminuían la cantidad de cada pago, incrementaban el costo total de su deuda (.......recuerdan ustedes lo que conocemos como USURA????).

Ya aquí hay varios puntos en los que los bancos,  desde el punto de vista ético, salen mal parados. Vamos a ver, son dueños del dinero y deciden a quién, cuándo y en qué condiciones lo prestan, es decir, son los dueños del cotarro, vale!.... pero, y hay mucho pero por delante, los bancos son las únicas entidades que pueden cambiar de motu propio y sin mayor aviso que la letra chica (ininteligible en sus términos) del contrato original de que pueden hacerlo, los montos y condiciones de pago.

Además queda institucionalizado por ellos el doble, triple y hasta cuádruple cobro, porque cobran la cantidad prestada, los intereses originales de la deuda, el IVA o cual otra tasa impositiva, tanto sobre la deuda original como sobre los intereses originales y sobre los intereses moratorios, y por experiencia propia, puedo decir que incluso moratorios sobre moratorios y los correspondientes IVA....ven ustedes a lo que me refiero ???

El resultado de esta avaricia desmedida es que además,  los bancos siguen prestando dinero, pero por condición derivada de su propia avaricia, cada vez tienen menos capacidad de recuperación de lo que prestan, así que finalmente van viendo que sus ilusorias ganancias no se concretan y declaran que están PERDIENDO!!!

Y aquí es donde aparece la condición de enfermedad crítica bancaria, porque debemos recordar que además son la base y apoyo consustancial a los sistemas de gobierno, que empiezan a enfrentar la disminución de su capacidad de gestión, ante la insuficiencia de financiación, por lo que... a quién acuden, señoras y señores?; es claro, como no podía  de ser de otra manera, a la aplicación y subida de impuestos, que por supuesto la sufren, oh sorpresa, los hombres y mujeres que a través de  su capacidad de trabajo y productividad generan riqueza, aunque esa riqueza no les toque nunca a ellos. Por supuesto, estamos hablando de los mismos que acudieron a los bancos, creyendo en su propia capacidad de producir y obtener ingresos regulares, y que ya están pagando las consecuencias de esa falacia al estar viviendo situaciones extremas en las renegociaciones con la Banca.

Ante el diagnóstico urgente de crisis bancaria, la solución aparece inmediatamente: los gobiernos salen a RESCATARLOS, porque claro, si los bancos caen, caen los gobiernos que se han mantenido bancodependientes a través de la Historia.

Pero aquí viene otra vez el problema de quién debe pagarlo, y por supuesto la respuesta sigue siendo la misma: el que produce y genera la riqueza con su trabajo, aunque jamás la disfrute, o sea, el ciudadano de a pie, a quien se le vuelven a incrementar los impuestos (la primera vez, recordemos era para "ayudar" a los políticos a desarrollar su gestión en medio de las presiones bancarias; ahora es para, directamente, ayudarle a pagar SU  deuda a los políticos que consustancialmente al cargo llevan el derecho de obtener ingresos promedios muy por arriba del cien por ciento que el resto de los ciudadanos.....y mejor ni mencionemos su cercanía a las decisiones multimillonarias que le generan otros ingresos, no siempre declarados, y menos, las decisiones califales de obras suntuosas , no siempre terminadas, o no siempre necesarias.

El derroche, aupado en la avaricia, señores y señoras, se mantiene vigente aún en épocas de crisis, al fin y al cabo está el ciudadano anónimo, al que tanto banqueros como políticos no aceptan ponerle las múltiples caras que tiene, y a quienes trata como entes abstractos: son "clientes" o son "ciudadanos", nunca son Juan Pérez o Mariquita de los Palotes, porque darles cara dificulta tomar decisiones.

Llegados a este punto, resulta que el calvario no termina aquí. Como el gobierno tiene que pagarle a los bancos, y estos tienen que mantener su ritmo de ganancias previsto, al pueblo se le aprieta el cinturón, aunque signifique cerrar fuentes de trabajo, despidos masivos (justamente ayer se hablaba de que una sóla compañía tiene previsto el despido de 4500 empleados y se les olvida mencionar que cada uno de ellos tiene familia dependiente de los ingresos que genera con el trabajo que ahora le quieren arrebatar, y si consideramos que por cada trabajador haya al menos 3 dependientes en promedio, significa que el total de damnificados por esa decisión supera a las 15000 PERSONAS que quedarán en el desamparo, si no es que en la indigencia).

Llegados a este punto, las consecuencias de la avaricia bancaria, aunado al derroche y corrupción de la clase gobernante, están llevando a un punto en el que paradójicamente, la capacidad de generar y disfrutar de la riqueza se ve gravemente disminuída por el cierre de empresas, por los despidos masivos, el incremento de impuestos, la disminución de prestaciones sociales, la pérdida de la calidad y cantidad de los servicios que aseguran la salud y el bienestar, las restricciones en los instrumentos y planteles educativos, la disminución de los presupuestos dedicados a la investigación y la cultura que supuestamente son la base del futuro que dejaremos a las siguientes generaciones....un colapso social que implica un retroceso gravísimo en los derechos humanos de los pueblos.

En la segunda parte habrá que dilucidar sobre algunos puntos concretos, como son la ley bancaria, la dación en pago, la heredabilidad de nuestras deudas a varias generaciones por venir y a las verdaderas posibilidades de futuro

Julieta Pisanty, Córdoba , España
pubilcado originalmente el 11/11/2012

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